Democratización sindical y desempleo y trabajo fueron dos ejes que digitaron las políticas laborales entre 1983 y 2013. Mientras que el radicalismo intentó un ordenamiento democrático de los sindicatos que, junto a la situación económica adversa, minó su relación conflictiva con los trabajadores; bajo el mandato presidencial de Carlos Menem, se aplicaron políticas neoliberales de flexibilización laboral, privatización y pérdida de conquistas laborales. A partir de 2003, el kirchnerismo inauguró su gestión con la derogación de la Ley Banelco e inició un proceso de recuperación del empleo.