Entre 1983 y 2013, la consolidación democrática atravesó tensiones y conflictos. La impunidad para los responsables del terrorismo de Estado en materia de justicia y el neoliberalismo como plan económico fueron las grandes herencias de la dictadura. Pero el pueblo no solo se convirtió en el garante del sistema de derecho, sino que fue zanjando altibajos a la vez que cargó de sentido cada momento de la vida pública en democracia.