Lucio vivía en Barcino (Barcelona) en la época de los romanos. Corría en cuadrigas y alardeaba de ser el mejor en todos los deportes. Hasta que en Tarraco (Tarragona) un atleta romano llamado Tarracus lo retó. Y demostró ser mejor que Lucio. Esto enseñó a nuestro protagonista a centrarse sólo en un deporte, en este caso las carreras de cuadrigas, y convocó a los mejores para competir en sus propios Juegos Mediterráneos. De ahí fue a Olimpia, convirtiéndose en el primer medallista olímpico de nuestro país.