Francisco de Goya llegó Madrid siendo joven, convencido de su talento como pintor. Pero tuvo que empezar de cero, pintando cartones para hacer tapices. Lo que le llevó a demostrar más tarde su valía como pintor. No se rindió y así consiguió ser reconocido. Aprendemos que el esfuerzo es más importante que el talento y que hay que trabajar siempre. Goya tuvo que empezar de cero su carrera pintando cartones, y esas obras terminaron expuestas en el museo del Prado por su valor artístico.