Han pasado diez años del asesinato y posterior descuartizamiento de Pilar Cebrián, de 52 años, y todavía sigue siendo una incógnita dónde están sus restos. El crimen ocurrió en la casa familiar de Ricla, un municipio a 40 minutos de Zaragoza en coche, distancia que el homicida, su esposo y padre de sus dos hijos, Antonio Losilla, hizo diseminando su cadáver. Esa fue su confesión inicial que le valió al jurado popular para declararle culpable y para imponerle una condena de 14 años de cárcel por un delito de homicidio y un año más por falsedad documental. Luego se desdijo y acusó al Grupo de Homicidios de la Jefatura Superior de Policía de Aragón y a la Justicia en general de un complot en su contra. Para dar con el paradero de la mujer entraron hasta en el cerebro del acusado. Le realizaron la prueba neurológica P-300 (el test de la verdad) . En la actualidad está en el centro penitenciario de Zuera. Pero… ¿Dónde está el cuerpo de Pilar? ¿Cómo pudo el criminal hacer desaparecer el cuer