El campo aragonés tiene sed. Hace falta que llueva ya para que las cosechas de cereal salgan adelante. En la margen derecha de la cuenca del Ebro se están desembalsando reservas de verano y en la zona del Jiloca turolense la cosecha se da casi por perdida. Unidad Móvil recorre embalses y manantiales para comprobar cómo, si no llueve pronto, la sequía va a provocar daños irreversibles en el campo aragonés.