Precisamente, el estudio del estrés hídrico en la cabaña ovina es uno de los ensayos que ha realizado un equipo de investigadores del CITA, coordinado por Jorge Calvo, sobre 200 ovejas de rasa aragonesa. Durante cinco días los animales no bebieron agua, con el objeto de localizar los genes de resistencia a la sequía de los ejemplares que mejor se adaptaron a esta situación. La rasa aragonesa es la oveja más común en Aragón y su rusticidad le permite adaptarse a los climas semiáridos. Con los resultados de este estudio, los investigadores consideran que se pueden diseñar estrategias para mejorar la genética de esta rasa que le permita mitigar los efectos del cambio climático. Aragón suma un censo de 36.000 vacas nodrizas repartidas en más de 900 explotaciones ganaderas, parte de ellas en la Sierra de Gúdar. Hasta allí se desplazará un equipo del programa para conocer cómo una joven ganadera está gestionando desde hace un año sus 350 reses con el software de Ixorigue. Gracias a esta apli