Tempero se adentra en los pequeños comercios de los pueblos. Las pequeñas tiendas, el bar, los locales multiservicio, la carnicería… Todos esos establecimientos modestos que quedan en pie en los municipios más recónditos del mapa aragonés son esenciales para su propia supervivencia. Cubren una demanda fundamental, combaten la despoblación y ofrecen puestos de trabajo a los moradores del medio rural.