Tempero aborda la despoblación rural. El Aragón rural se desangra. En un territorio con un millón trescientos mil habitantes, más de la mitad de la ciudadanía reside en su capital. Una irregular distribución de la población que está dejando los pueblos sin gente, sin vida. Sólo en Zaragoza, por dar un ejemplo, siete de cada diez municipios están en serio peligro de despoblación.