Melendi llega a Oregón con un éxito que lo tiene más que preocupado. El título no dejar lugar a las dudas: "Es que no puedo comer más". El muchacho tiene la típica madre que siempre ve a su hijo flaco y con varias tallas por debajo de lo normal. Y le pone solución a su manera: doble de albóndigas, pozales de caldo y embutido de postre cada vez que la visita.