Adrián Buenaventura emprende un viaje al pasado del conocido hoy como Hogar Teruel, la antigua Casa de la Misericordia y posteriormente Hogar Comandante Aguado, que fue construido a finales del siglo XVIII en la capital turolense. Un hospicio que llegó a acoger a miles de niños durante sus casi sus 200 años de actividad y permanece cerrado desde principios de este siglo. Sus paredes hoy albergan parte de su historia en forma de objetos, herramientas, libros, mobiliario y otros recuerdos que trasladan al espectador directamente a un pasado que cambió la vida de miles niños para los que fue su hogar.