Con sus casi cien metros, los que van de la plaza Mayor a una de las antiguas entradas a la ciudad medieval, siguiendo un trazado estrecho y algo empinado, la calle Portal de Molina de Albarracín (Teruel) desborda historias con encanto. El ‘sillón amarillo’ recogerá el testimonio no solo de los vecinos sino también de un buen número de turistas, que representan uno de los motores económicos de Albarracín.