Sope descubre que sus albaricoques recién podados ya están en flor, algo perjudicial teniendo en cuenta que se avecinan heladas. Fran tiene que dar un manguerazo a su sembradora, porque le gusta guardar sus aperos como nuevos hasta el próximo uso. Dionís tiene un campo plagado de grandes pedruscos y tiene que quitarlos a mano, algunos requieren coger el tractor y él arriesga mucho poniéndolo a dos ruedas.