Los Burillo deben vaciar el braguero de algunas cabras antes de salir al monte, guardan la leche en botellas mientras los cabritillos aprovechan para llevarse un último trago. Josema al fin puede sembrar un campo de cebada, algo que se ha hecho esperar este año con tanta lluvia. Bea teme que una de sus mejores vacas pueda llevar dos terneros, el parto se está retrasando y en la última palpación notó cuatro patas donde sólo debería notar dos.