Escoltando las aguas del río Guadalaviar existe un precioso bosque de ribera que crea paisajes de ensueño envueltos en curiosas historias. El Camino Natural del Guadalaviar es la mejor forma de adentrarse en este espectacular bosque, que desde el barrio de San Blas, a cuatro kilómetros de la capital turolense, pone rumbo al embalse del Arquillo.