Más de 40 años han transcurrido desde que ocurrió el llamado ‘Bloody Sunday’, uno de los acontecimientos más tristes en la historia reciente del Reino Unido. Un conflicto que marcó a varias generaciones y que también dividió a una gran parte de la sociedad norirlandesa. Ahora Irlanda del Norte vive un escenario más pacífico y es una ciudad próspera donde el turismo se ha convertido en una de sus principales fuentes de ingresos.