Yolanda y los Corsarios, decididos a recuperar la Piedra Negra y el Mapa Verde, dos de las piezas del rompecabezas que conduce al Tesoro Perdido de los Corsarios, siguen al malvado Wan Guld y a su secuaz, Valera, a la próspera isla de Santo Tomás. Allí averiguan que Wan Guld celebra una fiesta para recaudar dinero para su obra de caridad favorita: su propia persona. Se trata de una fiesta de disfraces donde todos llevan máscaras. Por el camino, nuestros héroes “toman prestados” los trajes de unos invitados que se dirigen a la fiesta, se visten con ellos y consiguen entrar. Empieza la diversión. Mientras Yolanda, que está preciosa, flirtea y baila con Wan Guld para robarle la Piedra Negra que él lleva colgada del cuello, Morgan, Mako y Emilio buscan el Mapa Verde en el piso de arriba. Emilio encuentra el mapa, pero para conseguirlo primero tiene que pasar por delante de los dos malvados gatos del gobernador, Lucifer y Pérfida. El cómico alboroto que ocasiona el estrafalario plan de Emil