Mientras en Londres crece la expectación de la gente que apostó a favor de Willy Fog, ante el riesgo de una nueva erupción, Hans y Rigodón emprenden la búsqueda de Romy y Tico sin conseguirlo. Angustia de Willy Fog y su grupo. Inútiles trucos de Tico para que les encuentren. Finalmente, rendidos y desesperados, Romy y Tico escuchan la lejana voz de Willy Fog, que llega hasta ellos propagándose por la roca. Siguiendo las instrucciones de Willy Fog, se dejan caer y rodar por una especie de tubo, hasta que llegan por un inclinado corredor al encuentro del grupo. Cuando Romy se recupera, no puede dar crédito a sus ojos: está ante una gran bóveda que alberga una enorme playa... y el mar. Iluminados por extraños fenómenos eléctricos, son atacados por un enorme lagarto antidiluviano. Cuando se reponen de la impresión, un mal paso conduce al profesor Lidenbrock a arenas movedizas. Es rescatado y emprenden regreso al campamento junto a la playa.