Catalina es una niña de pueblo donde la mayoría de sus compañeras tienen el busto operado y voluptuoso y prosperan económicamente gracias a los dineros que reciben de los narcotraficantes por sus favores sexuales. Para ingresar en ese nuevo mundo de aparente felicidad, opulencia y prosperidad que viven sus amigas, Catalina no tiene de otra: tiene que tener senos grandes, de esos que le gustan a los hombres, por lo que dedica toda su creatividad y sus esfuerzos en conseguir el dinero para mandarse a implantar silicona y así poder entrar a ese ”paraíso”. Pero Catalina jamás tuvo en cuenta el alto costo que tendrá que pagar por su ambición.