A los dos primos les llama mucho la atención un pendón ganado por el Conde. Lo sacan de la habitación para ondearlo, pero el viento es tan fuerte que se lleva el pendón y a Ruy y Alvar, cogidos a él. El rey Fernando de Castilla les ve y pide a los frailes que readmitan a Ruy. Pero este decide que no irá al monasterio sino en busca de aventuras.