El servicio secreto de los Mongoles ataca el Imperio Romano con un arma secreta: el veneno de una poderosa mosca tse tse. Uno tras otro, los dirigentes de Roma caen en un profundo sueño. El único gobernador que se salva de la desgracia de un sueño comatoso es Sinus, gracias al contraataque de su hermano Hocus. Pero, en el resto del Imperio, todos los líderes políticos, incluido Gluteus Maximus, están fuera de servicio. Como consecuencia, Sinus debe asumir el gobierno interino de todo el Imperio. Viaja a Roma donde el Senado le espera con sus aburridos asuntos. Sinus no pierde el tiempo. Mientras el Equipo de Gladiadores está ocupado tratando de mantener bajo control la conspiración de los Mongoles, Sinus nombra a los niños de todo el Imperio líderes de sus respectivas regiones. Durante unos días, el mundo pertenece a los niños. Pero pronto se dan cuenta de que ser niño es mucho mejor que pasarse horas y horas debatiendo sobre engorrosos asuntos de estado y economía. Por suerte, los Mon