La sopa boba
Tras el divorcio, Julia, además de hacerse cargo de sus tres hijos, recibe como compensación un ruinoso hostal, un pequeño supermercado y un taller destartalado. La verdadera intención de su exmarido es que fracase estrepitosamente y vuelva a su lado suplicante y derrotada. Con la ayuda de Alma, su mejor amiga y confidente, al mismo tiempo que se ocupa de sus hijos e intenta sacar a flote un negocio desastroso, empieza a afianzarse como persona, adquiriendo una seguridad y disfrutando de una libertad que nunca había tenido. El problema es que sus empleados, además de ser un desastre, "okupan" las habitaciones del hostal, por ejemplo, Luis y Yago.