Tanto Adela como Blanca deben decidir entre lo que dictan sus deseos y lo que dicta su razón respecto a seguir viéndose, respectivamente, con Germán y Cristóbal. Mientras tanto, Rodolfo, a espaldas de Blanca, sucumbe a los encantos de Victoria. Por su parte, Celia descubrirá deseos que ni sabía que existían al asistir con Petra a la verbena.