Tras el tiroteo en el puerto, Edward y Juan quedan heridos. Juan le pide a Lucía que busque a Peter para darle una información importante. Por su parte, Francisco, Gobernador Civil en Huelva, tiene serios problemas tras el incidente e interroga a su prometida Lucía sobre la implicación de los británicos. Lucía le miente. Los británicos creen que Edward ha muerto. Miss Parker presiona a Peter para que lidere el equipo de espías y le enseña la sala de guerra, centro del espionaje británico. Londres envía a un nuevo agente, el mejor amigo de Peter. La presencia de Víctor Pero éste le trae dolorosos recuerdos de una misión en Polonia donde Peter perdió a Sylvia, su prometida. Lo que los británicos ignoran es que Edward no ha muerto, está en manos de los nazis y, mediante un ingenioso engaño, le harán confesar los detalles de la misión.