La playa de Copacabana, en Río de Janeiro, se ha convertido en el escenario de una curiosa protesta: un grupo de activistas ha enterrado mil aletas de cartón como muestra de repulsa a la captura de tiburones. Esta acción forma parte de la semana de la conservación del tiburón, que tiene como objetivo llamar la atención sobre la importancia de estos animales en el medio marino y la industria del turismo de buceo.