Los animales del norte se enfrentan al empeoramiento del clima en otoño y los primeros indicios del invierno. Con el cambio de condiciones, las focas grises y los renos centran su atención en el apareamiento. Las hormonas se vuelven locas cuando los machos compiten por el derecho a reproducirse y los animales jóvenes se aventuran a alejarse de sus padres por primera vez. En Islandia, la familia de zorros árticos en la madriguera del acantilado está prosperando, habiéndose alimentado bien durante el verano. Pero es una historia diferente para los zorros que habitan en la costa. En las Islas Monach en Escocia, llegan 35.000 focas grises para su temporada anual de reproducción. Cuando llega el invierno, la manada de renos en Noruega debe migrar de las tierras bajas a sus pastizales en las montañas, pero esto implica un peligroso nado de dos millas en aguas abiertas.