La detención de Pepe se queda en nada gracias a la embajadora, pero la situación en el barco es cada vez más complicada. El gobierno de Malta envía un helicóptero con comida y artículos de primera necesidad, pero cuando la tripulación abre los paquetes, descubren que están casi vacíos. Ha sido una maniobra de propaganda. El desánimo cunde en el barco, pero la determinación de la embajadora consigue desbloquear la situación, Europa firma un acuerdo. En el barco celebran la noticia, hasta que descubren que Libia es uno de los países de acogida. Los migrantes prefieren morir a volver al país en el que sufrieron terribles abusos. Pepe se niega a mover el barco. La embajadora está dispuesta a obligarle, pero los testimonios de los migrantes la hacen cambiar de opinión. Con ayuda de su marido, un alto cargo de una empresa de hidrocarburos, Libia se retira del acuerdo y los migrante