Por segunda vez, el TGV, el tren de alta velocidad francés, es el más rápido del mundo. Sin embargo, sus ingenieros no cejan en su empeño de alcanzar velocidades aún mayores, habiendo lanzado el nuevo TGV Ocean y el AGV, el TGV del futuro. Todo comenzó en los años 50 con la serie CC 7100 y su locomotora eléctrica, que era considerablemente más ligera que cualquiera de sus predecesoras. Esta joya tecnológica hizo historia al batir el récord mundial de velocidad de los trenes. A medida que la electrificación del tráfico ferroviario fue un éxito, se fueron eliminando las locomotoras de vapor de menor potencia. Desde entonces, los sucesores del TGV original han pulverizado todos los récords de tráfico ferroviario, culminando en 2007 con un increíble rendimiento de 574 kilómetros por hora.