Enero de 1987. María ha recibido un disparo en la manifestación de estudiantes y está ingresada en el hospital. Carlos, en ausencia de sus padres y de sus hermanos, es el encargado de hablar con los médicos y tomar las decisiones oportunas.En un principio prefiere no contar nada a nadie, pero ante la inminente operación de María, decide hablar con sus hermanos para que sean ellos los que se lo cuenten a Antonio y Mercedes. Toni e Inés, que ven a sus padres ilusionados con el viaje y ya han visitado incluso la casa donde va alojarse Antonio, no acaban de encontrar el momento.En el barrio, la noticia de que María ha recibido un disparo corre como la pólvora y pronto termina enterándose Herminia que no perdona a su nieto que le haya ocultado algo así.