Considerado un 'fósil viviente', en la actualidad el oso panda está protegido y vive en unas sesenta reservas en China, el único país que mantiene una población salvaje en su territorio. La liberación con éxito de doce ejemplares criados en cautividad ha contribuido al aumento del número total. Gracias a unos collares emisores se realiza un seguimiento por satélite de los osos pandas que se han integrado perfectamente en la población salvaje. Protegido por la cordillera de fresnos de Qinling y las montañas Daba que detienen las corrientes frías del norte, el oso panda se adaptó al nuevo entorno cambiando su régimen alimenticio y sus hábitos de carnívoro para convertirse en un devorador de bambú. Pero su estómago carnívoro le obliga a consumir decenas de kilos de bambú al día. Su supervivencia depende exclusivamente de esta planta. &i