La ciudad de El Cairo (Egipto) presenta hoy un aspecto entre caótico y decadente, magnificado además por la desmesura de sus proporciones. Pero el visitante no puede sustraerse a la atracción de un paisaje como el cairota, donde en un perenne ejercicio de redistribución urbana, se han integrado los bazares más abigarrados, las avenidas más congestionadas por el tráfico y algunos de los monumentos más importantes del mundo islámico.