Aníbal y Hugo descubren por fin la entrada al misterio que se ha escondido siempre bajo La Quebrada, pero una inscripción en latín les advierte de un terrible peligro. Don Joaquín no dudará en utilizar a Nieves para obligar a Aníbal a meterse bajo tierra para hacer el trabajo más arriesgado. Entretanto, Lobo despierta de su letargo muy aturdido y Elena duda si es capaz de recordar que fue ella quien le disparó, sin saber que el cacique lo recuerda todo y ha planeado una terrible venganza.