Aunque en un principio Ümran no veía con malos ojos la cercanía entre Elif y Firat, su percepción de la relación cambia por completo convirtiendo a Sude en la gran beneficiada de ello. Elif encuentra por fin una nueva casa en la que vivir junto a Günes, pero una vez más la suerte le da la espalda. Yilmaz encuentra la forma perfecta para tener controlado a Firat.