Diego empieza a salir con Fátima, una chica totalmente opuesta a él: pija, cursi, superficial. Pero un bombón de mujer. Todo va bien, hasta que Fátima le dice que es virgen por voluntad propia: si quiere tener sexo con ella, sólo va a poder ser sexo oral. Alba no sabe si su relación con Bernardo va demasiado rápido. Bernardo, por su parte está encantado del ritmo que lleva su relación. La diferencia de velocidades, pone en peligro la pareja.