En el corazón de la capital panameña, concretamente en el barrio San Felipe, que ha surgido tras la inauguración del canal de Panamá y la llegada de trabajadores a la capital, quienes alquilaban las habitaciones de los viejos caserones ubicados donde antiguamente se fundó la segunda ciudad de Panamá. Este lugar fue declarado patrimonio de la humanidad en el año 1997, y desde entonces se ha ido transformando en lo que hoy se conoce como "casco antiguo". Este es precisamente el escenario de las historias de ex pandilleros, que hoy ofrecen giras y una variada gastronomía a turistas de todas partes del mundo. smd/mrk