Las últimas tecnologías forman ya parte del sector primario. Los límites de la digitalización y el Big Data son desconocidos. Hoy, los tractores disponen de un cerebro que les permite trabajar de forma autónoma. Las máquinas del futuro están ya labrando, cosechando y gestionando el manejo de nuestros campos, y los agricultores tienen la obligación de conocerlas.