Cazadores de Setas vuelve a Teruel, al Valle del Alto Jiloca, una zona ideal por su altitud y humedad para la proliferación de setas, como rebollones y setas de cardo. Dos jóvenes aficionados a hacer ritmos con la boca y a las artes marciales, dos féminas que utilizan rebollones congelados para elaborar tocados para el pelo y dos experimentados buscadores, comparten sus sitios secretos, eso sí, con los ojos vendados. El experto micólogo del programa, Carlos Sánchez, ofrece sus consejos para diferenciar el completo género de las rúsulas, fomentar la limpieza del monte y la conveniencia de dejar setas marcadas para su posterior recogida con elementos orgánicos, no contaminantes.