Son las lápidas de decenas de inmigrantes que han fallecido intentando llegar a las costas canarias. No tienen nombre, solo un número les recuerda. Hoy, en algún cementerio de Gran Canaria, sí habrá una tumba que lleva el nombre de Sephora, algo que no suele ocurrir. La niña de 13 meses, ahogada hace menos de un mes, ha sido enterrada en la más estricta intimidad.