Don Ricardo se presenta en Tejidos Silva con una orden judicial y las hermanas han de ingeniárselas para que su tío no las descubra trabajando en la fábrica. Será necesario encontrar ahora una nueva solución para que no decaiga el ritmo de trabajo que la fábrica sigue necesitando. Por un regalo de Germán a Adela, Carolina descubre los sentimientos de su marido hacia la mayor de las Silva.