El Ayuntamiento deniega el permiso a las tres empresas de patinetes eléctricos que operan en la capital. El consistorio les da un plazo de setenta y dos horas para retirarlos de las calles. El veto se debe a que los trayectos de los patinetes empiezan o terminan en zonas donde no pueden circular, como calles o espacios peatonales y aquellas vías con velocidad máxima de cincuenta por hora. Argumenta que las concesionarias no han adaptado sus aplicaciones móviles a la ordenanza de movilidad. Los patinetes personales pueden seguir circulando.