Nochevieja de 1989. Antonio sigue empeñado en meter la cabeza en el negocio de la Expo de Sevilla, y está dispuesto a todo con tal de que su contacto, Montero, le presente a Juan Guerra, hermano del vicepresidente del Gobierno y con fama de poder abrir cualquier puerta en Sevilla. En casa, Mercedes está desesperada porque María solo va a lo suyo, y porque Antonio le consiente demasiado a la niña de sus ojos. Menos mal que la llegada del bebé de Toni y Deborah la tiene muy ilusionada por volver a ser abuela, y se lanza a la calle para sorprender a la pareja con un regalo muy especial. Mientras, Toni intenta acercarse a su hijo Santi, que está pasando una etapa difícil. El niño está distante, y su padre sospecha que celoso por la llegada del nuevo miembro a la familia.