Mauricio asiste a Alfonso y le previene de posibles complicaciones a causa del golpe en el costado. Más tarde visita a Salvador, de quien se despide ya que no seguirá más tiempo haciendo sustituciones en las cárceles. Salvador advierte a Elías de que en la cárcel están al tanto de su plan. La fuga resulta ser una trampa y todos caen. Salvador, deprimido, comienza a escribir a Cristina. Abel sigue teniendo problemas con la habitación condenada: los recuerdos aparecen, aunque él aún no los sabe interpretar. Ana recibe la visita de don Víctor Arraiz, quien le agradece que no haya denunciado a su hijo. Aunque Ana sabe que éste ha montado una nueva estafa en Barcelona, prefiere callar. Miguel está muy enfadado por los insultos que ha recibido al vestir de monaguillo, pero el padre Gaitán le convence de que las faldas no son exclusivas de las mujeres. Pelayo está preocupado por su futuro y escucha una conversación en la que cree que Marcelino y Manolita hablan de lo que piensan hacer con él.