Las sospechas mutuas de infidelidad entre Juan y Sole crecen. Ella decide tomar el toro por los cuernos y lo que acaba descubriendo es que Juan estaba ayudando a su padrastro, Bruno. Bruno, ya anciano, acusa la soledad y la falta de recursos y Juan le tiene que ayudar. Sigue el caso de las adulteraciones de alcohol metílico y desde la Central piden cabezas o rodará la de Héctor. El comisario descubre que en el Morocco se está sirviendo licor adulterado. Pablo no sabe nada al respecto y Jacinto, asustado, calla. Jacinto confiesa que compró bebidas a un nuevo proveedor y que lo recomendó al Asturiano. Leonor juega con sus muñecas y confunde una botella de coñac adulterado con la de quina que le dan para estimularle el apetito. Héctor llega al Asturiano y se lleva a Leonor al hospital ante la sorpresa de Pelayo y Marcelino que creían que la niña se había embriagado.