Ramón recrimina a Ovidio su pasividad respecto a Héctor. El comisario advierte a Héctor que podría detenerle pero no lo hace porque quiere tenerle en la calle y sin coartada el día que se cometa otro asesinato. Héctor descubre que la fecha de fallecimiento del marido de Encarna que consta en la partida de defunción no coincide con la de su lápida. Simón cuenta a Juanito Grande, casos de vampirismo real. Cuando llega a casa, Juanito Grande tiene que ponerle una inyección al niño salvaje quien, al verllo con la jeringuilla, grita enloquecido. José María, a pesar de que fue despedido por Ramón, se presenta en los Grandes Almacenes como si nada hubiera pasado y aclara que no le pueden despedir por ser enlace sindical. Mendoza pretende que Mario hable y diga los nombres de las personas que visitaron a Andrea a su habitación, pero Mario, conocedor de las trampas de la policía, reitera una y otra vez que no sabe nada.