La llegada del coronel Quintero, de cuya trayectoria Roberto ha oído hablar, pone en tensión a éste y a Fernando. El militar revisa a fondo la producción y prohíbe los exteriores de campo: tienen que alejarse cinco kilómetros de la zona escogida. Tras el beso reina la confusión entre Juanito el Grande y Sole. Él se retira, alegando trabajo; ella, que tiene que atender al niño. Julieta, que está muy preocupada ante la posibilidad de que uno de los anónimos llegue a manos de su marido, sospecha que su autor sea Alejandro. Luisa decidida a hacer lo que sea con tal de ponerse en contacto con Ignacio, cuyo estado de salud le preocupa, hace de tripas corazón y le pide ayuda a don Senén. Marcelino mete la pata ante Manolita al contar con pelos y detalles la actuación del árbitro de un partido de fútbol que dice no haber visto.