Paloma está angustiada ante la posibilidad de que su plan para reflotar el teatro haya sido un completo fracaso. Amador se burla de ella llamándola Fedra. Esa noche, Paloma no es capaz de hacer el amor con Ildefonso. Ernesto, aunque atormentado por la culpa, regresa a sus negocios, y prohíbe a Raimundo usar la violencia. Por otro lado, un gesto de agradecimiento a Carlota por el apoyo prestado, hace que ésta conciba falsas esperanzas hacia Ernesto. Gracias a la intercesión de don Senén, el Comisario se plantea liberar a Fermín. Rosario y Pablo pasan su primera  noche juntos en casa de él.