En el curso de la cena montada por Paloma y Clarisa, Ildefonso y Amador se reconcilian, pero Amador intenta sacar partido de ello: quiere que Paloma recabe ayuda familiar para las reavivar las agotadas arcas del teatro. Paloma no promete nada, pero comienza a investigar discretamente su situación financiera. Ángel va a visitar a Marcos a la cárcel y allí se entera del apuñalamiento de éste e informa a Sole. Florita acepta escaparse con Carlos, a una casita que éste posee en la costa, aunque esté desahuciado. Pablo se entera del giro místico de Carlota y su intención, propiciada por don Senén, de ingresar en un convento. Pablo reacciona muy negativamente. Elisa, por su parte, intenta disuadirla, ofreciéndole cobijo en su casa. Pero Carlota duda que Ernesto lo apruebe y se reafirma en su decisión.