Marcos se encuentra imposibilitado de actuar contra Ernesto pero se muestra convencido de que, tarde o temprano, éste cometerá un error. Carlota y Ernesto siguen con su particular batalla, mientras Elisa se siente desmotivada, hundida y, definitivamente, fuera del juego. A instancias de Carlota, Ernesto les permite salir por vez primera a la calle, pero los resultados no son los esperados. Como dos conspiradores, Pelayo y Marcelino inventan excusas para ir a ver Gilda. Finalmente Manolita descubre la mentira y decide castigarles. Paloma se reencuentra con una abatida Amparo y se compromete a no abandonarla. Sole teme que Ángel esté enamorado de Inés mientras ésta da por hecho que sus sentimientos son compartidos por el sacerdote. Ángel le aclara que esto no así, lo que le provoca a Inés un fuerte shock.