Luisa y Sole confían a Marcos la pistola encontrada por el niño. Marcos la inutiliza y la hace desaparecer. Pero cuando están comentando el asunto, Ernesto les oye y descubre de dónde la sacó el niño: de un pequeño arsenal abandonado en las últimas semanas dela guerra. De inmediato, Ernesto concibe un plan para extraer un beneficio de la situación, dándole trabajo a Marcos y manteniendo, con ello, callada a Carlota. La tensión entre los dos cuñados se acrecienta y comienza a tomar un tinte morboso. Paloma e Ildefonso se van de viaje a un balneario, en mitad de un momento crítico para la pareja. Amador sigue entregado a su vida de vicio y disipación. Lanza sus redes a doña Palmira, una viuda rica. Pero, cuando menos se lo espera, es despedido del teatro.