Rodrigo se presenta en la fábrica, intentando ganarse la complicidad de Isidro. Allí descubre que Mario controla la fábrica a sus espaldas y está reunido con Venancio Rueda. Se va dando un portazo. Pero luego, en casa, se muestra de nuevo pacífico. Un nuevo comprador se interesa en el bar, pero en el momento de firmar, llega una citación judicial para Marcelino y Manolita. El comprador, temeroso de meterse en líos, renuncia a la compra. Rafael se entera por boca de Isidro de las rencillas entre Mario y Rodrigo, y confirma su sospecha de que Rodrigo tiene celos de su cuñado. Elpidia acude al consejo de guerra para apoyar a Manuel, pero no le permiten entrar. Rodrigo prepara su pistola, mientras Manuel es condenado a muerte.